jueves, 21 de febrero de 2013

Vuelva usted mañana, 200 años después




Después de mucho pensar en este titular,  he de disculparme, pues no se me ha ocurrido nada  mejor  para esta situación, ya relatada por Larra pero que pervive, tal y como él la describió hace ya casi 200 años.
Desde que se publicó este famoso artículo, muchísimos son los ingenios y adelantos en los que hemos trabajado para hacer nuestra vida más fácil, nuestros viajes más rápidos, nuestras comunicaciones instantáneas –literalmente hablando- por muy lejos que esté nuestro interlocutor.  Se sorprendería Larra al ver como la palabra actualidad, cobra, a día de hoy, pleno significado y la información ha logrado llegar en tiempo real al público.
Y se sorprendería de igual modo, o incluso más, al ver cómo muchos de esos espectaculares progresos de los que hemos sido capaces, pasan inadvertidos a ciertos sectores,  y su “vuelva usted mañana” invade todos los niveles de la administración pública, por ejemplo, de manera habitual sin que nadie se ponga rojo de la vergüenza.   Y es que la pereza sigue siendo uno de nuestros  principales defectos; ¡para que agobiarse hoy, si se puede hacer mañana! Y así nos va.
 Mención  especial merecen las Universidades, representantes de lo más granado de cada Estado, responsables de la formación superior y última de las generaciones que llegan, que gobernarán, y que tomarán decisiones por todos y cada uno de nosotros.  Responsables también de la investigación más puntera, que acogen cada año- después de un riguroso proceso de selección-  a miles de jóvenes preparadísimos  que formarán la élite socioeconómica y política del país, y que inexplicablemente se permite el lujo de cerrar a cal y canto sus puertas durante un mes y no prestar ningún tipo de servicio desde el 31 de julio hasta el 1 de septiembre, con los problemas que conlleva arrancar desde cero una maquinaria tan grande.
  La Universidad vive de unas rentas bien ancladas de las que poco queda ya, es la sombra de aquella institución nacida en el siglo XIII , cuando solo se formaba una verdadera élite y haber pasado por ella era una verdadera garantía. En la actualidad la Universidad no es sinónimo de élites (me refiero siempre al intelecto) y haber pasado por ella no garantiza absolutamente nada, ya que digo bien, muchos solo han pasado por allí. Y por supuesto no cubre las expectativas que de una Institución de ese tamaño, de esa historia y de esa importancia, se esperan.
Pero no es la pereza un pecado que cometa solo lo público. Lo privado, donde estamos la mayoría, tiene aún ciertos recodos, que también permanecen inherentes a los cambios, progresos y facilidades de la vida moderna. Me refiero, por ejemplo, a los servicios telefónicos de atención al cliente que toda empresa que se precie,  tiene. Cuanto más grande sea la empresa, ¡peor!; no hay duda. ¿ Cómo es posible, con la velocidad que hemos logrado en la transmisión de datos, que en una misma llamada, que dura como mucho 10 minutos – 3 de conversación y 7 de espera- te pasen con 4 operadores distintos de sendos departamentos, a todos haya que darle nombre y dni, y ninguno pueda ayudarte porque no es de su competencia?
Reconozco que cada vez que me llaman para ofrecerme un servicio nuevo –para eso sí que tienen la última tecnología-  siento la tentación de hacer lo mismo, pero después pienso que no puedo perder el tiempo, pues lo necesito para esperar la cola del banco, la de la Consejería de vivienda, la de la secretaría de la Universidad y por supuesto para volver mañana, porque es imposible que desde mi casa, aunque tenga la mejor de las conexiones, aunque tenga todos los certificados digitales del mundo, consiga hacer un solo trámite.
Si Larra levantara la cabeza, seguro que lo escribiría otra vez, doscientos años después, mucho mejor que una servidora.

2 comentarios:

  1. Bien, bien, bien!!! totalmente de acuerdo y muy pero que muy bien expresado.
    Besitos

    Marian

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  2. Enhorabuena!! no se puede expresar con más claridad. Seguramente si Larra levantara la cabeza sería el primero en felicitarte. Con tu permiso lo comparto en mi muro

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